martes, 27 de noviembre de 2012

Que se trunque una vida antes de tiempo y uno, con tantos pensamientos, ideas, existencias...y de repente, la cara del Altísimo. Soñando la eternidad, nos apagamos como fuegos fatuos de una noche de San Juan.
El viento desparrama las pocas cenizas que fueron alguna vez una cara.

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