miércoles, 28 de noviembre de 2012

Vi tu figura ciclópea oscurecerse bajo las nubes nocturnas y pude percibir tu tristeza.
Sobreviviente de glorias pasadas, tus títulos y honores se disuelven en el viento álgido de la vejez.
Todavía, en tu mirada juvenil, brilla la apagada llama de la lujuria y buscas en los efebos, la perdida fuente de la inmortalidad.
Gigante en tus pensamientos, hoy tu melancolía te desdibuja y te borra, bajo la mano implacable del gran artífice.
Sentí tu tristeza y quise abrazarte, pero las sombras primaverales me alejaron de tu magnificencia.
Pienso en tu vida, las esperanzas naufragadas y las amistades inexistentes.
El paso del tiempo fue demasiado injusto para tu estirpe olímpica.
Sólo te quedan los recuerdos y la compasión de los que, como yo, pueden ahondar en tu sarcasmo y rescatar una humanidad frágil y tierna, flor de pasiones y sentimientos dispares, que es atacada por una naturaleza implacable.

martes, 27 de noviembre de 2012

Sacrilegios de almas rotas y cáscaras vacías se desbordan por los ojos empozados de decrepitud. el cielo es un pájaro con las alas rotas, engordado y destripado de algodón y espuma de mar. Las vergüenzas inconstantes de la antropofagia y la negritud de las sombras húmedas se acobarda al costado de la calle.
Un colectivo-tanque de fémures colgando del techo, vidrieras de impasibilidad inquieta, pisadas entorpecidas por las lágrimas del muerto. todo remite a lo imposible, a la eternidad infinta de un ahogado en el río de la plata. Siempre hay un pro-nombre que se atrinchera en la azotea del puesto de diarios, para ver pasar a una pareja de bailarines de velorio, montados en una mesa de luz ciega. Inexplicablemente, la memoria de los patos se hace eco de la frenología y hay suicidios en las caras atrofiadas del laburante nocturno.-
Que se trunque una vida antes de tiempo y uno, con tantos pensamientos, ideas, existencias...y de repente, la cara del Altísimo. Soñando la eternidad, nos apagamos como fuegos fatuos de una noche de San Juan.
El viento desparrama las pocas cenizas que fueron alguna vez una cara.

martes, 13 de noviembre de 2012

7 de bastos

Ayer la "vi" a mi hermana-verla es relativo, casi siempre la veo, pero hacía años que no charlábamos unos minutos-cuenta que anda mal con mi cuñado, que la rutina desgasta, que la paciencia se pierde, que las esperanzas se disuelven en la niebla del tiempo; después de todo, el año que viene cumplen diez años de matrimonio, y quién aguanta diez años?
¿Y toda una vida encerrado en este caparazón de huesos y carne?

lunes, 29 de octubre de 2012

Me levanto con tristeza. Es un domingo. Pienso en la vida, que anduve siempre por los pasillos, con miedo a golpear la puerta. Los escondites, escondrijos, resquicios ocultos siempre guardaron promesas de decrepitud más certeras que las puertas, las ventanas y las terrazas. Hay una sensación de impasibilidad y de abarrotamiento que recubre la costra de la humanidad, el caparazón de las verguenzas ajenas o propias, la tesitura rígida de una depravación inconfensable.
Al costado, mi novia sigue durmiendo. Pienso en la primera vez que la vi, pero esto es mentira: es imposible recordar "ese" momento, sólo recuerdo-malamente, ficcionalmente-un encadenamiento de situaciones que se relacionan con esas primeras miradas esquivas, de agazaparse al costado del deseo.
No es la misma cara, ni la misma voz, ni el mismo peinado, ni las mismas actitudes. Su aureola inmaculada rodó por el piso, la transfiguró. Ahora es una persona más alegre, más decidida (es lo que quiero creer: que mi acompañamiento le dió fuerzas, energía, vitalidad). Pero es otra persona, no la reconozco. Sí la conozco, después de tanto tiempo, ahora la conozco pero no es la misma persona, nunca lo fue.
Uno se enamora de fantasmas, de espíritus, de vírgenes muertas que recorren las noches invernales dejando flores en los cementerios y regalando besos a los mendigos.

viernes, 5 de octubre de 2012

Auto b[i]ombo

Que venga el Tula con esos golpeteos infernales! Que la Santa Federación ensille sus caballos esqueléticos y vuelva a matar unitarios por estas pampas! Que se escuche en todos los edificios de servicios públicos la atronadora marcha peronista!
Vates de la antigüedad, ciñanme la corona de laurel tantas veces prometida y tantas veces negada! Hoy me sumo a las filas de los poetas civilizadores, de los acróbatas funambulescos y de los enanos melifluos para entonar el canto que canto, oh patria mía!
Quería templar la primera y ponerme a payar sin más ayuda que mi memoria, para largar a los cuatro vientos la historia de mis pesares y mis desgracias/más yo que canté al agricultor sojero y al terrateniente oligárquico/hoy rechazo el apostrofe conminatorio y me quedo sin cantar las cuarenta/
Mucho se ha dicho y mucho se dirá también, pero para el que pierda la pollera, encontrará unos pantalones de marca que le van a quedar ajustados.
Hoy es una fiesta en mis sangres de camorrero y los revientes los dejo para el pasado impresentable de la juventud.
Me quedé con ganas de soltar un lagrimón y por eso termino soltando una bombacha.
Qué trueno de vida!

Noche(s) de lluvia (s)

Estos días de lluvia me hacen acordar a esos poemas de Ezequiel Martínez Estrada, en donde hay un adentro, una pareja que conversa,- es una pareja de viejos, de árboles que se están marchitando sin haberle regalado a la tierra ningún fruto-. Y son conversaciones tristes, elididas, en donde siempre flota un vahido fantasmal, un vago recuerdo de algún muerto, una ausencia presente de alguien que no está más, y hay algún sonido afuera [siempre el afuera "amenazante" externo]: el de la rama de algún arbol guacho rasqueteando las ventanas o el balcón, o algún grillo, o algún animalito sin nombre. Pienso en esa pareja de ancianos, en donde la melancolía y los recuerdos son tan vívidos que decapitan la conversación, en donde cada suspiro es un aliento perifrástico de agravios y disgustos, en donde impera la sensación de que el mundo ha desaparecido y sólo queda una pareja caduca poblándolo, y por eso, pronto a desaparecer definitivamente, a disolverse en la noche lluviosa.
Y pienso en la lluvia y los borrones de la lluvia, y las muchas lluvias "míticas" que sacudieron al hombre desde que amaneció en esta tierra y cómo, ahora, en esta ciudad, se puede llegar a sentir esa soledad eterna, infinita, primordial y primitiva que sintió ese pobre bastardo cuando vió la primera lluvia del mundo recién nacido. Y ese hombre, todavía vive en nosotros y todavía siente la melancolía de la nada, del desconcierto, porque ¿de qué se puede tener melancolía si somos ovejas que se alejaron del rebaño?
Se ama, se odia, se trabaja, se lucha, se muere. Y en el medio, hay personas.

sábado, 4 de agosto de 2012

Las finezas/refinamientos de la vida moderna

1º La más importante, la supina: ya no hay finezas. Simplemente la obsesión por parecer remilgado/a, el ansia de demostrar sabiduría, la explotación que se hace sobre una ironía (ironía sucia, por llamarla de algún modo, opuesta a esa ironía magistral de los ingleses -no olvidar que la palabra viene del nombre iron, con lo que cobra tintes demoledores-) barrial, recargada, estereotipada, el esnobismo de café de vasos de plástico, la pobreza intelectual de las habladurías, resumiendo: la pérdida del sujeto en su misma empiria.
2º La más decantada, la más simple, la más obvia: la crítica fácil, el juicio mordaz pseudocínico frente a las verdaderas catástrofes y tragedias de la existencia biológica, la disposición a emitir juicios de valor (sin poseer ningún juicio ni valor) en una época en la que la inteligentualidad se demuestra justamente siendo estoico en las costumbres, trabajador en el habitus, perseverante en la senda supra-humana.
3º La proliferación y, con eso mismo, su ocultamiento de todo tipo de registros, conversaciones, exposiciones del sujeto interior exteriorizado, esto es, el asesinato de la intimidad frugal, aristocrática, impasible por la histérica orgía de fama de $2.
4º La vida "moderna", con todo su ajetreo, con toda su tecnología, con todo su corpus de bestialidades digitales y purgatorios mediáticos, con su imprescindibilidad imbécil, con su cretinidad de parroquia, con todo su encomia elogística de las pasiones más bajas del humano.
5º El relajamiento físico hasta niveles impensables, y, producto de esto, cierto relajamiento mental propenso al hastío, la vagancia, el ocio en su peor expresión; la mediocrización de la belleza, el afeminamiento de la fortaleza.
6º La pérdida del tiempo en actividades inútiles, inservibles, inacabables, imposibles, impasibles.
7º La excesiva preponderancia de los medios de "comunicación" en el ser interior del sujeto, tanto desde su razonamiento, como desde su accionar y a su vez, el inevitable exorcismo de sus propias pasiones.
8º La comicidad simplista, el chiste burdo, la vulgaridad en la utilización de términos, la lasitud de las mentes empobrecidas con novelas lésbicas y fortunas mediocres, la necesidad de parodiar lo no-parodiable, la excesiva sonrisa "guasonesca" y, como reverso, la inexplicable lágrima reptil aflorando en cualquier momento...

He intentado demostrar aquí, con palabras comprensibles, la decadencia de la sociedad occidental en el tiempo presente, el fin de la historia y la inexorable muerte de todo lo elevado, lo bello, lo paradigmático. Si lo he logrado o no, dependerá del juicio del lector. Pero claramente este es un punto de partida para forjar una nueva concepción del hombre y de su tiempo.

martes, 19 de junio de 2012

Escribo para perder el tiempo

Que otros escritores se ocupen de redactar largos manifiestos y excusas sobre la escritura; yo escribo porque en este momento sólo me queda esperar el angustiante "final de juego" que se esconde al primer timbrazo del portero eléctrico y que significa -ni más ni menos-que la llegada del agotamiento prematuro y la orgiástica desintegración de unos labios morados.
Bah, vivir, morir, todo eso.
Y en esa confusión, todos se olvidan-o no-que hay que poner el pecho a las balas, que las estaciones vienen y van como un tíovivo, que la guita no alcanza, que sale más caro la yerba que un plasma-
!Santo Néstor, patrono de los revolucionarios, espero la trompeta del ángel entonando tu marcha kirchnerista para poder vivir-al menos en los cielos-la justicia social!
Son muchos los que se esconden pero pocos los que se plantan con la facha de buitre para birlarte la mina o los morlacos y dentro de esos otarios atorrantes, los hay que te duermen con un fierrazo y los que te duermen con promesas, promesas, promesas.
Por eso, yo escribo para los muchos que no se amilanan con cantitos de cancha, sino que destilan bravura en sus pupilas abismales.
Cuánto pesa el aguante!

La vida es una fiesta, esta, esta

lunes, 23 de abril de 2012

Los cambios son la muerte

Yo te invoco, espantoso lector de mandíbulas prominentes y rasgos degenerados de una raza demasiado mestiza para ser bella! Tú eres mi hermano, mi amigo, mi único confidente! Abrázame y enjuga tus lágrimas en estos músculos que supieron hostigar al más vil de los fenicios!
Me alimento de tu resentimiento, porque he aquí al Padre del Hombre, al que los siglos no pudieron enterrar en sus mausoleos de granito,ni los sepultureros con sus furiosas e implacables palas!
La piedad, ese tufo que se respira en las iglesias más alejadas de la santa capital, contaminó las gloriosas paredes de la grandeza y es así como hemos caído en la concupiscencia, la imbecilidad y la decadencia.
Se escuchan gritos de monos por las calles y el terror impera en el fondo del inodoro.
No es época de dioses y monstruos, sino de dioses-monstruos como esas lauchas que caen de los árboles en la plazita de Roberto Arlt o esas avispas que, con su aguijón sodomita, consiguen extraer la virilidad al más incauto de los mortales.
Entonces, lloremos juntos.

jueves, 22 de marzo de 2012

La vida, esa turra



¿Hace cuánto importa que importe? ¿Qué es realmente lo que "importa?¿Importa realmente?



Preguntas que seguirán sin respuesta, por los siglos de los siglos; preguntas que hicieron perder la cabeza (y encontrarla enseguida) a más de un rey y a menos de un badulaque.



Vivimos en una época donde impera la moral de la rebelión de los esclavos. Esto no significa que los "amos" hayan tenido una moral mejor, sólo que, al ser amos, no estaban empecinados en obtener una venganza (no tenían nada que vengar) infinita sobre sus enemigos.



La ideología revanchista de la juventud arribista y hambrienta de poder, condena inexorablemente a los últimos representantes de una era acabada, agotada, derruída. Las exhibiciones furiosas, las imposturas patéticas, los odios teatrales, las lágrimas afeminadas, las huestes infradotadas del lupanar, todo ese despliegue de payasos y acróbatas estatales, ¿hacia qué fin está conduciendo a mi querida república? ¿Es necesario abusar de la impunidad porque otros anteriormente abusaron de peores formas? ¿Porqué no intentar ser mejor que el adversario, a fin de poder ostentar el título de "vencedor con honor"?



Otras preguntas sin respuesta, otras pasiones que se congelarán con la llegada del invierno nuclear.

martes, 20 de marzo de 2012

Sobre la inacabable estupidez humana



Una vez más, volvemos a la carga. Un jinete solitario sobre una colina. Un gauchazo de estas pampas, con poncho y caballo más negros que el carbón.

Centellea un látigo de palabras, una mueca de sorna, una sonrisa irónica, una mirada mutiladora.

Galopeando hacia la verdad, cruzando el ancho valle de espinos y cactus, una cabalgada hacia la libertad, dejando atrás todas las malas hierbas y las plantas venenosas.

Para llegar ¿adónde? Un desierto, una inmensidad eterna, un cementerio dorado, una brújula de amarguras y tristezas.

La Imbecilidad, diosa devoradora de pensamientos, ideas, acciones se asienta en lo alto de un trono formado por mentiras. A su derecha, la Ignorancia, peina su cabello de estupidez. A la izquierda, la perra Hipocresía ladra vómitos de miedos, alabanzas y promesas.

Es el fin del camino, el caballero, agotado ya por su larga marcha, cae rendido. Sus últimas palabras son:-También.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Para mí, sin azúcar.



Como las gaviotas recorren el mar, esperando encontrar alguna presa fácil, así la coerción estatal me impulsa a hablar de temas espinosos, dolorosos, inevitables.

Porque cuando la fiera es perseguida por los cazadores con armas y redes, es cuando más dentelladas lanza a sus enemigos.

Así, este viejo obrero barrial, exalando rencores y desdichas se encuentra en esta noche, cara a cara con la derrota.

Y es a tí, oh portadora del final, cuando te muestro todo el respeto que todavía este hombre te conserva, cuando todavía desvío mis ojos frente a tus obras, cuando todavía hago la señal de la cruz en presencia de tus acólitos, cuando todavía sustraigo a la soledad penosas lamentaciones que me impelen a amarte! Hermana del amor, madre del sueño, aleja estas flechas ponzoñosas de mi pecho! No me hieras con tus fantasmas ni me aprisiones con tus espectros! Todavía vivo, vivo, vivo!


Pido perdón por el alto contenido político y contestatario de las líneas arriba esbozadas, pero es un gran sufrimiento el que me obliga a expresar mis opiniones de esta manera. En un breve período de tiempo, todo volverá al cotidiano desapego de la memoria.

jueves, 23 de febrero de 2012

En las postrimerías de la vergüenza

La sangre que se coagula en los cerebros ardientes, no hace más que reproducir la misma eterna pregunta: ¿Porqué a mí? Pero el hecho es que, ese "a mí" es colectivo, reproducido, degenerado, reflejado en cientos de miles de millones de entes carnales. No, el porqué no sirve.
La decadencia impetuosa del olvidado cohete lunar despacha los rubíes de nubes tóxicas en un aljibe de sueños regalados al caminante. Esta es, tal vez, la inquietante verdad de los objetos vivientes, la impasible respuesta a las comadrejas de ratas que asoman el hocico entre las narices del dios-muerte índigo.


Hace años que los roedores autómatas del último atardecer llegaron con sus magnetófonos, cuando todos miraban el horizonte de la eternidad. Despacio, muy despacio, sigilosamente, entre los árboles fabricados se tramaba la revolución carmesí.



Nunca hubo tantas palabras voladoras, nunca tanto silencio de acero en el viento.



La masacre fue inefable, faltando cinco minutos para las diez.



Tiempos futuros recuerdan al ciego expectante, siempre un procreador de estrellas.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Indescriptibilidad paradójicamente inefable



Así, como los sapos, ranas y otros anfibios surgen de las profundidades de la tierra apenas los cielos descargan unas gotas de misericordia, como los cumbia a la salida del boliche se abalanzan sobre su solitaria víctima en busca de unos morlacos intercambiables por paco y alcohol barato, como las ratas esperando la caída del sol para su próxima escapada hacia el universo de los desechos humanos, como el trueno que ilumina con una opaca fugacidad el pensamiento del infradotado, me presento tierno y humano.

No es mi intención relatar las vicisitudes que me llevaron a cargar esta cruz de hierro tan pesada, tan oxidada con sangre, tan ajena como lo propio, sino que vengo con un mensaje; sí, un mensaje. Un mensaje de mentes inciertas que no se contentan con increpar al vagabundo nocturno, sino que lo tumban y lo despedazan con una navaja para poder obtener los gloriosos órganos que serán vendidos en el mercado negro.

Ésta es mi Troya; acá muere Héctor, José Martí, Juan José Castelli. Acá, así, como quien no quiere la cosa, como quien se rebela frente a la imbecilidad de la existencia, a salivear constantemente frente a lo incomprensible, frente a lo infinito.

Y ese abismo que está ahí, y que oculta lo oculto, no es más que tu propio cerebro quemándose en una hoguera pagana.

Así se construyen los edificios de barro, con miembros mutilados de cadáveres.