martes, 27 de diciembre de 2011

Tridimensionalidad del encuentro indeseable

Me dirigí a ... el día acordado, para hacer gala de mis muchas virtudes y bellezas; al llegar noté un aire fétido, alcantarillesco que impulsaba inconscientemente un deseo de fuga mezclado a un arrobamiento casi infantil empadrinado con el aire nocturno.
Toqué el timbre y esperé la bienaventurada recepción. Cuál sería mi sorpresa al saludar a todos los concurrentes! Pero me estoy adelantando, tiempo al tiempo, como diría un poeta.
A los aproximadamente 50 minutos se abría la puerta, entre la niebla y el aire rancio que incrementaba el desconcierto. Subí las escaleras como quien baja al infierno.
Hice un saludo general y, al acercarme a todos esos toxicómanos devoradores de carne, no pude notar una cara (des) conocida. -Buenas noches-me presento. -Buenas noches, soy el señor Diabolus, encantado de conocerle.
A partir de ese momento, todo fue en picada. El señor Diabolus me increpaba con sus conocimientos astronómicos, me interrumpía con su excesiva modestia, me argumentaba con su desbordante lirismo, me seducía con sus formas voluptuosas y singulares.
No aguantando más esa pantomima de circo náufrago, grité: "No soportaré más al señor Rodríguez, esto es claramente un juicio político y no he de irme sin antes comer una tortuga viva".
Todos parecieron sorprendidos frente a mi impetuosa hombría, sin embargo, fue el mismo señor Luciferino que me consoló y me condujo hacia la habitación 213. Debo admitir que hubo algunos invitados que adhirieron a mi exaltación verborrágica plagada de solecismos, en cambio, hubo otros que repudiaron mi identidad como quien se corre al ver una lata de cartulina.
Resumiendo: el señor Babilonia había triunfado, ya con objetos inservibles, ya con palabras mofletudas, sirvió el banquete.
Reí sin parar frente a la heladera, de esas que se desarman si le introducen demasiados jugos de naranjas.
Me fui como quien se despide de un zapato, entusiasmado por la falta de tacto de mi anfitrión al permitir que las gárgolas de yeso invadan sus ventanas.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Rosas o Van Helsing bonaerense




"Algunas fuentes, sin embargo, cuentan otra historia: al parecer, una oleada de vampiros provenientes de las regiones orientales de Europa, habría llegado junto con los conquistadores españoles, escondidos en las profundidades de los barcos. Esto habría facilitado la matanza de pobladores originarios y, a su vez, explicaría el terror que inspiraban esos hombres barbados que llevaban el trueno y el sol negro en sus manos.

Durante muchos años, el Imperio del Sol los combatió, por lo que tuvieron que emigrar a regiones más despobladas, como fue el caso de Argentina, Uruguya y sur de Brasil.


(...) La divisa punzó, que distinguía a los federales de los unitarios, era en realidad un símbolo del avance del progreso humano frente al retroceso unitario vampírico. (...) La "primera" campaña al desierto, donde se hicieron alianzas con los indios ranqueles y quilmes, permitió el restablecimiento del orden y la vida a las zonas despobladas, debido a la continua mutilación de familias campesinas por los no-muertos.


(...) De ahí en más, los mazorqueros, al identificar a sus enemigos unitarios como chupasangres, procedieron a utilizar los antiguos métodos de destrucción final de éstos: estaca en el corazón, decapitación y exposición al sol; la utilización de picas para marcar el territorio reconquistado no era tanto un sinónimo de barbarie, sino una advertencia para los hijos de Mandinga.


Juan Manuel de Rosas, que había identificado a Lavalle, Sarmiento y Echeverría como principales jefes de las hordas infernales, debió pactar con la Iglesia Apostólica Romana para asegurar la supervivencia del homo argentinus, a través del avance misionero y la creación de Iglesias; el título de "Restaurador de las leyes y las costumbres" no se refería sólo a una cuestión jurídica, sino vital: sólo a través de la unión de las instituciones y un plan de ataque coordinado se podría lograr la expulsión final de esos meta-humanos cadavéricos."


-Del diario personal de Franz Kafka

jueves, 22 de diciembre de 2011

Las cosas que valen la pena de la vida



Mis escritos.




Dolor, angustia, desigualdad social, discriminación, explotación, violencia de género, desnutrición infantil, violación de los derechos humanos, capitalismo barbárico. Y vos, allá.

Lágrima para una defunción prematura





"Algunos hombres nacemos póstumos"-ya lo dijo el poeta, y así, como quien no quiere la cosa y se ve acosado por fieras salvajes en el medio del bosque y encontrando nuevas fuerzas para arremeter contra la injusticia, se lanza al río más próximo para huir de las fauces impías de los animales hambrientos, yo también fui.

Y escribo fui porque el que soy, éste, no es ése, es otro. Y un otro envejecido, acobardado, exhausto, desvencijado, agotado, empobrecido, aniquilado.

A pesar de todo, esa llamita que algunos apostrofan como alma, otros como fuego interior, otros como combustible sexual, otros como gasolina de carne, etc., sigue viva, empequeñecida tal vez, por el embate de los vientos, pero existiendo dentro de una cárcel de huesos y piel, olvidada y humillada, pero tal vez por eso, hermosa, soberbia, aristocrática.

Esa llama, ustedes, parias de la concupiscencia y el desmadre, nunca la verán.

En algún momento, desatará el incendio de las mentes.

"Somos cinco amigos chorros de profesión..."



Como dice mi buen amigo Alarcón: "si me querés, quereme transa, gato."

La escalada del crimen y la violencia que asola la ciudad nunca ha sido tan mutiladora como en estos últimos tiempos: los hijos matan a sus padres, los esposos a sus esposas, los padrastos a sus hijastros, los gays a sus mascotas, las lesbianas a sus tortas.

-El consumo de droga y alcohol ha crecido en cantidades hiperbólicas, haciendo prácticamente imposible no consumir ninguna sustancia toxica.

-La corrupción sube desde las alcantarillas hasta las torres más altas de Puerto Madero.

-Se venden más balas que chupetines en los kioscos.

-Se incrementó tanto la prostitución que resulta más barato comer un travesti que un asado.

-Los objetos de mejor calidad son los que venden los manteros.

-Los docentes/maestros y demás personajes nefastos destrozan los edificios del gobierno y atacan a los funcionarios del estado.

-Grandes amigos míos sufren hoy, injustamente, una estadía en la cárcel.


Y en el ojo de la tormenta, ¿qué podés hacer?

Rezar.

El erotismo



¿Cuántas veces, me preguntarás, me habré encontrado pensando en esa palabra mágica que tortura las mentes de los seres humanos, indefinible, abstracta, idealizada, vapuleada, adulterada, dulcificada, ultrajada, inutilizada, educada, llamada 'amor'?
Te contestaré, querido lector que hace tanto tiempo me acompañas en las tormentas árticas y en los huracanes japoneses, pues muchas veces.
Pero, he notado un error en todos los filósofos que han tratado el tema-un error grave- (excepto Benjamin Péret): se dice que se ama porque se 'debe' amar, más el objeto amado puede variar constantemente. Mi respuesta dice lo contrario: se ama porque se encuentra un objeto amado, pero no se puede amar si no existe tal objeto. Dicho con otras palabras: el amor se siente, se materializa, se palpita, corre en las venas, obliga al corazón a latir fuerte, renueva la sangre y obnubila la materia gris; mas es ridículo pensar en el amor como si fuera independiente de su manifestación fenoménica, como si hubiera una personificación abstracta del amor a la cual cada uno le rinde sus homenajes hasta que se desplaza hacia una persona -o animal-o cosa- concreta.
Pues, si esa idea-amor existe antes de amar, entonces la idea de ser humano existe antes que el ser humano? Ése es un camino con el que no se llega a buen puerto, inquieto confidente, por lo que te recomiendo que abandones esas disertaciones y te entregues en cuerpo y alma al sagrado señor Jesucristo, único digno poseedor del amor de la humanidad.

Sólo los vencedores comen carne



Detente! Oh extraño lector que te escondes de las golpizas paternales en la imaginación de la lectura, o que planeas profanar alguna tumba ancestral, yo te invoco! Mírame! Mis ojos han vertido más lágrimas que una niña y, sin embargo, resisto! Mis músculos se contraen, cansados de tensionarse al arrojar dardos al enemigo, pero todavía pueden sostener la pluma con la que escribo estas líneas demoníacas! Mis talones se desangran, mi vista se nubla con la razón, pero lucho contra el infernal Morfeo que persuade con sus encantamientos a estos despojos mortales a que bajen la guardia!



Día llegará en que los buitres hartarán sus vientres con esta carne fétida y masacrada, pero no es éste el día, no es ésta la noche!



Han logrado estaquearme, es verdad, pero el glorioso hijo de Dios me ha salvado, a rescatado a este humilde espíritu del infierno cotidiano, ha sanado mis heridas con la luz eterna!



Ay, de los que siguen perdidos en la crapulencia y la afiebrada autodestrucción adictiva! No pierdan sus neuronas, encuéntrenlas e inflamen sus corazones con ideas ultraterrenas genésicas de majestuosidad infinita!



Las puertas del Erebo aguardan para los náufragos veteranos de la gloria! Que se abran de un sólo golpe de mi puño! La muerte está en mis manos!