jueves, 22 de diciembre de 2011

"Somos cinco amigos chorros de profesión..."



Como dice mi buen amigo Alarcón: "si me querés, quereme transa, gato."

La escalada del crimen y la violencia que asola la ciudad nunca ha sido tan mutiladora como en estos últimos tiempos: los hijos matan a sus padres, los esposos a sus esposas, los padrastos a sus hijastros, los gays a sus mascotas, las lesbianas a sus tortas.

-El consumo de droga y alcohol ha crecido en cantidades hiperbólicas, haciendo prácticamente imposible no consumir ninguna sustancia toxica.

-La corrupción sube desde las alcantarillas hasta las torres más altas de Puerto Madero.

-Se venden más balas que chupetines en los kioscos.

-Se incrementó tanto la prostitución que resulta más barato comer un travesti que un asado.

-Los objetos de mejor calidad son los que venden los manteros.

-Los docentes/maestros y demás personajes nefastos destrozan los edificios del gobierno y atacan a los funcionarios del estado.

-Grandes amigos míos sufren hoy, injustamente, una estadía en la cárcel.


Y en el ojo de la tormenta, ¿qué podés hacer?

Rezar.

3 comentarios:

  1. -Las nuevas tendencias como ser adoptar la homosexualidad o aprender un oficio como criar bonsai están captando cada vez más adeptos, de modo que es estadísticamente imposible para el criollo actual no ser puto o tener un helecho.

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  3. Estoy de acuerdo, estos son los últimos días del hombre sobre la tierra. ¿Acaso no es esto, también, violencia de género? ¿Es que los hombres no sangramos también como los demás animales? Oh, días aciagos de terror y expoliación, ¿cuándo vendrá la luz que enceguece a la luz?

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